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Aprender un oficio: un imán que atrae a cada vez más jóvenes Crece el interés por las carreras cortas y lo atribuyen a la demanda del mercado laboral.

Aprender un oficio: un imán que atrae a cada vez más jóvenes Crece el interés por las carreras cortas y lo atribuyen a la demanda del mercado laboral.

El caso de la Técnica 9 Como antaño, aprender un oficio se está convirtiendo en un camino que cada día siguen más jóvenes. Claro que hoy las exigencias son distintas. El objetivo no es ser modista o ayudante de cocina, sino diseñadora de indumentaria o "el" cocinero de un restaurante. Más aún, la mayoría lo hace pensando en montar un microemprendimiento. Lo cierto es que los números hablan por sí mismos. La Técnica N° 9 de 1 y 46, que en los comienzos de su larga historia (ver aparte) fue una Escuela de Artes y Oficios con 1.200 alumnos y en los '90 llegó a tener un sólo curso en la carrera de Confección del vestido, hoy ostenta una matrícula de 370 estudiantes entre esa disciplina y las de Cocina y repostería, Encuadernación y cartonado y Artes decorativas, frente a los 403 adolescentes de la secundaria. "Siempre fue el fuerte de la institución, pero en un tiempo decayó ostensiblemente. Ahora asistimos a un verdadero boom", expresó el director del establecimiento, Fabián Autino. Noemí Sosa, quien egresó del colegio en 1967 y ahora es la profesora de la carrera de Confección del vestido, cuenta que "para esa época ya se había incorporado la secundaria básica y los cursos perdieron cierta relevancia; la secundaria comenzó a convertirse en la actividad principal de la mano del cambio del rol de la mujer en la sociedad". Lo relevante en la actualidad es que los estudiantes no pertenecen sólo al sexo femenino y que cada vez se anotan más jóvenes. En el amplio salón donde se dictan las clases de Confección del vestido, equipado con maquinaria industrial de última generación -"un aporte de la Comuna", señala Autino-, dominan las veinteañeras, que comparten el trabajo con algunas personas de edad intermedia. "Se trata de carreras cortas, de dos años de duración, y se cursa tres veces por semana", detalla el director, para realzar que "se podría decir que estamos vivenciando una vuelta a la vieja escuela de artes y oficios, pero respondiendo a las exigencias de los nuevos tiempos. Aquí vienen profesionales buscando orientación y personas a terminar su carrera", graficó. Noemí refuerza los conceptos de Autino contando que "cuando yo egresé lo hice como modista. Hoy se estudia diseño, moldería y confección de indumentaria -además de materias complementarias como Dibujo e Historia del Arte, entre otras-. Ahora mismo tenemos un pedido de 80 uniformes para una empresa de cosméticos; lo estamos presupuestando. Eso va generando en los alumnos la idea de lo que puede ser, a futuro, un miniemprendimiento", apunta, para recordar que ya han hecho "vestidos de novia y de 15". "Esta carrera, a causa de la importación, en los '90 sufrió un duro golpe. Quedó un sólo curso. Ahora hay 3 primeros años y 3 segundos con 90 alumnos", detalla la docente. "Aquí se comienza haciendo una falda y se termina con un vestido de novia o de fiesta", ejemplifica. "La gente suele volcarse a aprender un oficio en épocas de crisis, pero ahora se ha dado un boom por la demanda del mercado laboral", opina la profesora de Cocina, Marta Palma, y sentencia: "Hay una clara revalorización de los oficios". Los datos de la matrícula de esa carrera la avalan. "Tenemos 160 estudiantes en 5 primeros años y 3 segundos. Muchos ya trabajan y otros vienen para poder encarar un proyecto propio. ¿Salida laboral? Viven llamando de restaurantes", afirma. Marta fue alumna en 1999. Era maestra de grado, por lo que se volcó a la docencia en Cocina. Cuenta que "en 1° año se ve lo básico, se conocen los productos, las técnicas de elaboración adaptadas a la demanda laboral, el lenguaje gastronómico. Y también tenemos materias como Dietética y Salud e higiene". ESTUDIAR Y PROYECTAR
Cintia Gómez tiene 23 años. "Terminé un curso de diseño de indumentaria en un instituto, pero no me alcanzaba, necesitaba un mayor conocimiento", dice. Es que la joven aspira a trabajar "como diseñadora o vestuarista; también me gusta la alta costura. Para eso hay que hacer una carrera bien completa", señala. "Siempre me gustó la costura -comenta Lucía Romero (38), quien cursa junto a su hija de 16-. Pero aquí estoy aprendiendo a diseñar, a moldear. Me gustaría tener una microempresa de confección de ropa en general", confiesa. Vilma Apaza (22) llegó a la escuela por su madre, quien había estudiado costura en el '97. Pero ella eligió la cocina y sueña con estar a cargo de una en un restaurante. Cerca de Vilma, Luciano Cappa (19) comenta que al finalizar 1° año empezó a trabajar en un pizzería. "Cuando termine 2° quiero poner una casa de comidas junto a mi madre", adelanta. Volvieron los oficios. Ver nota


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Estudian en escuela técnica y dan la nota en arte dramático

SORPRESA CON ROMEO Y JULIETA

Estudian en escuela técnica y dan la nota en arte dramático 


Son alumnos de la escuela 9 y en un concurso de teatro dejaron en el camino a estudiantes de colegios con orientación artística

Son alumnos de una escuela técnica, pero un día descubrieron que su amor es el teatro. Ese sentimiento -tras aceptar una invitación para participar de los torneos juveniles bonaerenses en ese rubro- los llevó a ensayar por cuenta propia en un parque público, a pensar en cómo convertir a Romeo y Julieta en una "comedia-dramática", y, finalmente, a clasificarse finalistas de la competencia provincial luego de dejar en el camino a grupos de colegios con orientación artística....AMPLIAR


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