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En poco más de dos años se crearon unos mil centros de estudiantes

EN ESCUELAS DE LA PROVINCIA

En poco más de dos años se crearon unos mil centros de estudiantes El fenómeno repercute en nuestra región, donde cada vez más alumnos se organizan y participan

En los dos últimos años, las escuelas secundarias de la Provincia vivieron una auténtica explosión de participación estudiantil que redundó en la creación de 994 centros de estudiantes -o algún otro tipo de entidad organizativa, como cuerpos de delegados o ateneos-, marcando una tendencia que para las autoridades educativas bonaerenses continuará creciendo a ritmo sostenido. Los números son elocuentes. "Hasta el 2007 había 57 centros registrados; hoy llegan a 1.051", apunta la directora de Educación Secundaria Claudia Bracchi.

Si bien la organización de los alumnos y su participación en la vida escolar es promovida desde la propia dirección general de Educación, las causas de semejante respuesta no pueden agotarse allí, más si se tiene en cuenta que formar un centro no es obligatorio. "Lejos de estar aisladas de la sociedad, las escuelas públicas son su reflejo. Los problemas entran por la puerta. Y los estudiantes fuimos tomando conciencia de que si nadie se movía para solucionarlos, organizándonos podíamos lograr cosas", dice, convencido, Lautaro Krol, quien cursa 4º año en el Normal Nº 1.

Recuerda un hecho puntual. "(A fines de mayo) en la escuela faltaban bancos y sillas (el equivalente a 5 aulas). Se lo planteamos varias veces a los directivos, pero la respuesta fue retibia. Entonces decidimos movilizarnos al ministerio y al otro día se solucionó el problema", subraya.

PUNTO DE PARTIDA
Los alumnos de los distintos colegios consultados coincidieron en que el disparador para organizarse fue la búsqueda de soluciones a problemas concretos. Desde cuestiones de infraestructura -como en el Normal 1- hasta la falta de comunicación con los directivos -en el caso de la Técnica 9-, pasando por problemáticas más complejas como la preocupación por la indisciplina generalizada o las adicciones (ver aparte). No obstante, superada la línea de largada, aparecen proyectos de todo tipo; la mayoría relacionados a la necesidad de contar con espacios de aprendizaje y expresión artística.

Hay escuelas que aún se encuentran en la instancia previa a la formación del centro, como la Media Nº 15 de City Bell que cuenta con un cuerpo de delegados, y otras que tienen centros muy consolidados que funcionan desde hace años, tal el caso del Normal Nº 2 (ver aparte).

Claudia Bracchi destaca que "el mayor crecimiento se dio en 2008 y 2009". Señala que la promoción de la organización estudiantil es una de las líneas de trabajo que se planteó la cartera educativa cuando diseñó el nuevo secundario. Denominada "gobierno democrático de las escuelas", también contempla los acuerdos de convivencia y los consejos consultivos, de los que tomarán parte todos los actores que hacen a la vida escolar.

Pero la funcionaria prefiere ir al fondo de la cuestión. "Debe quedar en claro que la participación estudiantil no es una política aislada del proyecto de la nueva secundaria. Es más, está en sintonía con el propio diseño curricular, porque participando es como se construye ciudadanía; tiene que ver directamente con la formación del chico como ciudadano pleno", enfatiza.

MEJORAR LA ESCUELA
Santiago Dibene cursa el último año en la Técnica Nº 9 y sabe que está formando el centro para futuras promociones. "Tras las vacaciones tendremos elecciones", dice, para poner sobre la mesa un tema que une a alumnos de muchos colegios: la falta de comunicación con los directivos.

Junto a Ignacio Reyes -2º del Polimodal- cuenta que "en nuestro colegio, la separación del vicedirector (Antonio Palmitano) funcionó como disparador para empezar a organizarnos, algo que él siempre nos pedía. Así solucionamos el tema de las tarjetas de viáticos para los chicos, ya que la dirección no nos había avisado que se las habían otorgado", aseguran.

¿Y qué proyectos tienen? Ignacio enumera: "organizar charlas para los chicos de 3º que tienen que elegir la orientación; también vamos a hacer una campaña de concientización para los ingresantes sobre el cuidado de los materiales del colegio; montar una radio escolar, y pintar la escuela, entre otras cosas".

Todos coinciden en la necesidad de mejorar sus colegios. "De hecho, en el Normal 1 todo nació a partir de un grupo que armamos para ayudar a la escuela". Y no son pocos los que acuerdan que encuentran trabas para organizarse. ¿Por qué? "Creo que quedó un gran resquemor sobre la participación política tras la dictadura; muchos profesores y directores vivieron esa época", dice Krol. También opina que "la idea de que participar en el centro es para no estudiar está muy instalada, cuando en realidad vamos en sentido contrario, promoviendo clases de apoyo y cursos".

Brachi apunta: "Hay una fuerte decisión de que los chicos se formen y participen políticamente. Eso es ciudadanía", afirma, para coincidir en que "algunos (directivos y docentes) acompañan mucho y a otros les cuesta más, hay que ir de a poco".

Cuando se despidieron, Santiago e Ignacio, de la Técnica 9, y Lautaro, del Normal 1, intercambiaron e-mails y números de teléfono: si las autoridades -como aseguran- quieren promover la organización de los secundarios, la empresa no tardará en continuar extendiéndose.

UNIDAD
“Los alumnos y los directivos tenemos que tirar todos para el mismo lado, porque nosotros hacemos esto para mejorar la escuela, para generar condiciones que la conviertan en un lugar donde uno quiera estar, adonde le guste ir”, coinciden Ignacio Reyes (Técnica 9) y Gustavo Docters (Normal 2).

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